
Cuando el balón eche a rodar este domingo (a eso de las 21.00 hora de españa ) en el MetLife de Nueva York, va a haber muchos millones de euros sobre el césped, a razón de lo que ha comprado el Chelsea y el Paris Saint-Germain para confeccionar sus respectivas plantillas de estrellas emergentes, y asimismo un óptimo puñado en juego teniendo en cuenta lo espléndido que resulta en premios esta nueva versión popularizada del Mundial de Clubes.
Sea quien sea el vencedor, superará los 100 ‘kilogramos ’ de botín por hacerse con el título en un torneo que llega a su fin con mucho más sombras que luces. Suena bien la idea de la FIFA de reunir cada cuatro años a los mejores equipos del mundo en una competición, simulando al fútbol de escojas , pero hace falta darle una vuelta de tuerca tanto a los criterios de clasificación como a la ubicación del torneo en el calendario. Por ahora , desde luego que no cumple con lo que se desea en cuanto a producir interés en el aficionado y parece molestar a unos players con ganas de vacaciones, lejos de la motivación que les generan otros torneos como la Champions. Solo están verdaderamente contentos en los despachos, a razón de los sustanciosos capital que le aporta este Mundial de Clubes a todos sus participantes. Sea como fuere, se juega la final entre el Chelsea y el Paris Saint-Germain, dos equipos que, junto a los dos de Manchester, han sido los mucho más magníficos a la hora de tirar de talonario en los últimos años. Serán ellos los que, en esta final del dinero, luchen por un título que ni de lejos tiene todavía el prestigio que persigue. Importa considerablemente más el premio económico que conlleva que la gloria de hacerse con el premio.
En cuanto a los onces, no se esperan cambios en el de un Paris Saint-Germain de Luis Enrique que tiene el letrero de preferido al triunfo ya no solo porque contaba con exactamente el mismo por adelantado sino más bien también por la solvencia con la que superó al Real Madrid en semifinales. Salvo sorpresa mayúscula, de comienzo van a estar sobre el verde los mismos jugadores que formaron en el aparato titular de la semifinal frente al conjunto blanco, a razón de que Pacho y Lucas Hernández, que podrían evitarlo, prosiguen sancionados después de ser expulsado en cuartos frente al Bayern Múnich. Por ello , en el flanco izquierdo de la dupla de centrales, junto al capitán Marquinhos, estará un Beraldo que despertaba dudas pero no padeció lo más mínimo ante el Real La capital de españa. En lo que se refiere al resto, importancia para Achraf Hakimi y Nuno Mendes en los costados, las llaves del equipo para Vitinha y Fabián en la medular y arriba Dembélé opositando al Balón de Oro.
En el Chelsea, Maresca tiene la duda de Moisés Caicedo, que no completó la semifinal ante Fluminense por un problema de tobillo, pero recobra a Lewi Colwill y Liam Delap, que se perdieron dicho acercamiento por sanción. La primordial duda está precisamente en si va a ser Delap o Joao Pedro, creador de un doblete en ‘semis’, el preferido para ocupar la punta de lanza.